Comprar autos usados es una de las opciones populares de los consumidores. Esto les permite a muchos de ellos ahorrar dinero en comparación con la compra de un automóvil nuevo.
Sin embargo, existen muchas dudas y temores al momento de comenzar a comprar un auto usado. Lo ideal es encontrar un coche en buen estado y así evitar decepciones al respecto en el futuro.
- Kilometraje
Un coche de segundo mano debe contar con un kilometraje entre 30000 y 50000 kilómetros. Esta es una media anual y es será buen indicativo de su estado.
Sin embargo, no se debe dejar en el olvido nunca la antigüedad del coche y su estado de conservación. El vehículo puede tener poco kilometraje, pero una antigüedad de 15 años, y puede encontrarse bastante deteriorado y desgastado mecánicamente.
- Carrocería
Bajo este aspecto, no dudes en fijarte bien: arañazos, mal ajuste de puertas, capó o maletero, marcas de óxido, pintura de diferentes colores, golpes y caucho de ventanas o puertas defectuosas.
- Motor
En cuanto al motor, debes saber que generalmente es el origen de los problemas más graves de un vehículo. Además, es la parte que requiere más esfuerzo. Por esta razón, siempre recomendamos la prueba de fugas. Adicional deberías mirar las diferentes uniones y ver si presentan manchas de aceite, así como los depósitos de líquido
- Neumáticos
Se trata del único medio de contacto del coche con el asfalto y, si lo sabes interpretar, los neumáticos pueden darte mucha información sobre la salud de un vehículo de segunda mano. En este aspecto, si un coche cuenta con menos de 30000 kilómetros recorrido, con alta probabilidad todavía tendrá los neumáticos originales. Si no es así, puede que el contador haya sido modificado.
- Faros
Debes observar bien que funcionen todas las luces del vehículo: intermitentes, luces cortas, faros antiniebla, luces largas, luz de marcha atrás, luces de freno y tercera luz de freno.
- Suspensión
Se deberá comprobar y revisar si la suspensión es demasiado blanda por el paso de los kilómetros. Pero ¿cómo? Es sencillo: empuja hacia abajo cada esquina del coche y comprueba si rebota más de una vez. Si así es, los amortiguadores tendrán que sustituirse, al igual que si escuchas ruidos extraños o los amortiguadores tengan manchas (esto es un indicativo de que el mismo ya está desgastado).