Hay una parte importante del coche que rara vez se revisa. Mucha gente se olvida de que existe hasta que es demasiado tarde. La revisión y el mantenimiento de los frenos hidráulicos garantizan que tu vehículo funcione y se detenga con seguridad. Un sistema de frenos que necesita un cambio de líquido de frenos puede provocar un fallo del sistema de frenos y aumentar el riesgo de accidente.
Lo que hay que saber sobre el líquido de frenos:
Puedes encontrar líquido de frenos en casi todos los vehículos de motor, incluyendo coches, camiones, motocicletas y vehículos todo terreno. Incluso algunas bicicletas de pedales están adoptando los frenos hidráulicos debido a su eficacia y a su mayor seguridad.
El bajo nivel de líquido de frenos o la contaminación del líquido de frenos puede causar un fallo de los frenos en cualquier tipo de vehículo.
El líquido de frenos está diseñado específicamente para durar mucho tiempo, pero no para siempre. En algún momento, tendrás que cambiar el líquido de frenos
Problemas con los pedales:
Cuando el líquido de frenos se envejece o tiene fugas, el pedal de freno puede resultar más difícil de pisar. Esto es una señal de que los conductos de los frenos pueden necesitar más líquido. Cuando el pedal de freno se vuelve anormalmente blando, es necesario cambiar el líquido de frenos.
Ignorar cualquiera de estas señales puede hacer que sus frenos fallen o que el frenado sea extremadamente difícil.
Luz ABS:
La luz del ABS en los vehículos indica un sistema de frenado antibloqueo. Cuando se enciende, avisa de que algo va mal en su sistema de frenado.
La razón más común para esta luz es que necesitas cambiar el líquido de frenos o rellenarlo. Por supuesto, hay otras razones que pueden hacer que se encienda la luz de freno. Haz siempre que un profesional revise sus frenos para asegurarse de que no hay un problema más grave.
Las pastillas de freno no funcionan correctamente:
Cuando el líquido de frenos envejece o se contamina, afecta al rendimiento de las pastillas de freno. Es posible que escuches chirridos, chillidos u otros sonidos extraños de los frenos. Otra señal de advertencia es que los frenos tardan más en detenerse.
Olor a quemado:
Los frenos sobrecalentados pueden provocar un olor químico penetrante, similar al de la goma o el metal quemados. Si notas este olor en tu vehículo, detente inmediatamente y deja que los frenos se enfríen antes de que dañen la rueda o el sistema de frenos.